jueves, 1 de mayo de 2014
Hola como están buen fin de semana para todos, como siempre nos convoca hablar de yerba mate, o de mate o de cultura matera si prefieren, hoy quiero presentarles a  Eduardo Gómez Lestani,  poeta, escritor, ensayista y dramaturgo el hombre, nacido en Resistencia, provincia del Chaco.

Gomez Lestani

El Amigo Lestani, Estudió Medicina en la Universidad Nacional de Córdoba donde se recibió de médico cirujano, y ocupó entre 1982 y 1984 la presidencia del Colegio Médico Gremial de Resistencia. En el período 1974-1984 fue presidente de SADE (Sociedad Argentina de Escritores) del Chaco. Como novelista es autor de "Crónica del monte" y "Los envenenados y los ritos", entre otras. Su poesía, de tono coloquial, no se enreda en elaboradas metáforas; por el contrario, son fijadas en el papel con las palabras precisas, adquiriendo densidad por la contundencia de su significado.
De su autoría es esta ODA AL MATE COCIDO que comparto con ustedes.
Después que Mario Nestoroff habló del mate, lo mejor ya estuvo dicho.
Pero él no habló del cocido, la taza humeante y verdecita con sabor a colimba y pobrerío.
Ni del refrigerio de los empleados públicos con algunos bizcochitos,  pero exiliado al exterior de los despachos, al más allá de las alfombras y del acondicionado aire.
El cocido se mimetiza con solo una galleta arriba de un andamio, y es celebración para la magia de miles de ladrillos ordenados, por el oficio, la cal y la plomada, allá, en el medio del viento.
El cocido con leche es solidario, desayuno y algo más, acá en el sur latinoamericano.
Es el que piden los pobres en los barrios, cuando los políticos transitan la geografía del voto y la promesa.
Una taza de cocido con leche y un pancito, impiden en la escuela los desmayos, y el tiritar de los niñitos pálidos en frente de la misma enseña patria.
En nuestro corazón, sabemos, demasiado, que esa bandera al flamear, saluda, las maestras y a su sueño desvelado. A los niños ansiosos de saber, de galletas, de amor y de cocido. A los que anhelan, simplemente, con el trabajo de sus manos alimentar a sus hijos.
Si los ministros, gobernadores, presidentes, e intendentes,  como títeres asombrados de la globalización, supieran, de qué modo late un corazón de niño frente a una taza de cocido.
O mejor si esos niños, un día, saben cómo ser dignos, libres, Argentinos.
¿Les gusto?, espero que  nos volvamos a encontrar en el próximo apunte de yerba y mate,

Soy Juan Carlos Yerba Cebador y Decidor de las cosas del Mate