sábado, 15 de diciembre de 2012

El mate está siempre presente en una reunión de amigos, en una visita familiar, en momentos en los que hay que estudiar,  o simplemente solos mientras leemos el diario del domingo. Excusas siempre hay  para tomar un mate.
El mate está omnipresente; en la vida de los argentinos aparece en la literatura, en el cine, en la música...en el tango, el folclore o el rock.
Pero por aquí en el río de la plata el mate, no sería mate sin los clásicos acompañamientos como las chipitas, las tortas fritas o sopaipillas (Es el nombre que se le da en Chile, en la región de Cuyo (Argentina), en los estados de Nuevo México y Texas en el suroeste de Estados Unidos, en el sur de España (en la cocina andaluza), y en los estados de Chihuahua y el norte de Durango en el norte de México, y en Perú, a un conjunto de alimentos de diversas clases, cuyo rasgo común es estar hechos con una masa de harina de trigo frita en aceite o manteca. Existen muchas variantes en su preparación de acuerdo a la zona, algunas de las cuales coinciden con los alimentos que en España se conocen como sopaipas, otras con lo que Argentina, Uruguay y Paraguay se entiende por torta frita o chipá cuerito); Pero los pastelitos de membrillo tendrían su origen en la Isla de Creta, en Grecia y  llegaron a nuestro país, por medio de los viajes de conquista. Pero la historia de nuestros dulces pastelitos de membrillo Argentinos, se remonta al 25 de mayo de 1810, cuentan que algunas mujeres de la época llevaban en su cabeza canastas llenas de pastelitos para festejar dicho acontecimiento y gritaban ¡Pastelitos calientes que queman los dientes!
Luego están las tortas negras o caras sucias (La tortita negra o cara sucia es una factura o dulce de sartén de origen español, producidas también y muy consumidas en Argentina, también ciertas variedades en Colombia y Venezuela; estas facturas son de forma plana en su base y redondeada a los costados. Se compone de una masa de harina, sal, mantequilla y leche cubierta de azúcar negro, que adquiere al calentar el característico color que les da nombre), no podemos dejar de lado las medialunas,  las facturas o los también históricos bizcochitos de grasa. (Estos últimos nacieron de los sobrantes de masa casera de empanadas, horneados en una bandeja al rescoldo en el horno de leña. Una variante refinada de esta masa, sustituyendo parte de la grasa por yemas, nos lleva fácilmente a las tapitas de alfajores antiguos como los santafesinos, los alfajores de turrón, o las tabletas mendocinas, y se pueden guardar en una lata tranquilamente por largo tiempo).
Bueno gente matera, hay mucho mas para compartir seguramente a ustedes les gustaría agregar algo, anímense así entre todos y mate de por medio rescatamos estos apuntes de nuestra cultura matera.